Detrás de esta gran película protagonizada por Ralph Fiennes, que da vida al explorador László Almásy hay escondido una vida de secretos y aventuras de todo tipo.
En los años 30 y principios de los 40 se patrocinaron muchas expediciones a todas partes del mundo, hecho que usó Hitler para promocionar una Alemania grande y dispuesta a demostrar que es una nación a tener en cuenta en el devenir mundial.
Ladislao Almásy nació en Borostyanko (Hungría, hoy Berstein Austria), en el año 1896. Nació en el seno de una familia noble pero sin título, de padre húngaro, militar del antíguo Imperio Austro-húngaro y madre italiana. Su corazón inquieto le animó a sacarse en título y licencia de vuelo en Eastbourn (Inglaterra). Durante la I Guerra Mundial fue oficial de la Fuerza Aérea Húngara y fue condecorado muchas veces. De ideas anticomunistas y monarquico conduce el coche del rey Karl V en sus dos intentos fallidos de ocupar el trono húngaro.
En la década de los 20 se hace probador de coches de la firma Steyr, haciendo del Norte de Africa su pista de pruebas. Aprovechando esto participa en varias cacerías, haciendo que se convierta en uno de los mejores conocedores de esa parte de África. Gracias a eso es contratado muchas veces como guía, en diversas cacerías para muchos empresarios adinerados y personalidades europeas, como el primo del gobernante de Hungría, Janos Horthy.
En aquella época se enamora de África, al pertenecer a la aristócracia rural no tiene dinero pero se propone explorar todo ese territorio inexplorado que era el Sahara Oriental cuyo tamaño era el de toda Alemania.
En 1932 se traslada a El Cairo. En esa década El Cairo se convierte en el punto de partida de todas las exploraciones y expediciones del Sahara Oriental, también era un punto de encuentro de investigadores, aventureros, exploradores y espías. Hasta el día de hoy no está claro a que grupo pertenecía Almásy.
Los clubes de El Cairo donde se planeaban las expediciones eran mercados de información, un campo de juego para los intereses coloniales de franceses, ingleses, italianos y egipcios.
Almásy se movía entre todos estos mercados, un día ofrecía sus servicios a los ingleses y otro a los italianos, pero nunca le ofrecían encargos permanentes, su equipo de expedición cambiaba de patrocinador constantemente.
En 1932, Almásy llegó a Gilf Kebir una gran meseta al sur de Egipto, allí hizo un descubrimiento que le haría famoso, una gruta con pinturas rupestres prehistóricas de hombres nadando en mitad del desierto. Almásy llegó hasta la meseta con lo ingleses porque era la parte inexplorada del Egipto británico.
En 1933 le contratan unos expertos alemanes en pinturas rupestres del Instituto Leo Frobinius de Frankfurt, para que les guíe hasta su descubrimiento. El lider de la expedición fue Leo Frobinius, nacionalista aleman, entre cuyos patrocinadores estaban el lugarteniente de Hitler, Rudolf Hess y el mariscal Hermann Goering y desde el principio Frobinius aprovechó esos contactos politicos para llevar a cabo sus expediciones.
No se sabe si Almásy conocía las fuentes de financiación de Frobinius, pero lo que es seguro es que los políticos del Tercer Reich se habían implicado en las aventuras del desierto.
En 1939 Almásy vuelve a Hungría ya que el comienzo de la II Guerra Mundial detiene todas las expediciones previstas. El gobierno del Almirante Horthy era afín a Hitler, así que Almásy vuelve a Africa pero ahora enrolado en el Afrika Korps de Erwin Rommel, En 1941 Hitler prepara la ofensiva africana, las tropas italianas estan perdiendo terreno y manda al Mariscal Rommel y su Áfrika Korps a retomar las posiciones perdidas.
La problemática de la lucha del desierto no eran el agua ni la arena, si no los bastos territorios al descubierto que tenían que cubrir, siempre con el miedo del ataque de las tropas británicas. Por eso Hitler llama a todos los expertos del desierto para recabar información antes de dicha ofensiva.
En otoño de 1939, la Abwehr (el servicio secreto alemán) se puso en contacto con Almásy, el almirante Horthy fue oficial del ejercito austro-húngaro en la I Guerra Mundial, así que presentarse al Almirante Canaris no fue ningún problema, ambos (tanto Horthy como Almasy) eran de ideas nacionalistas.
En 1942 el almirante Canaris le pone al mando de la Operación Salaam, que consistía en cruzar el desierto a traves de 4.000 Kms entre Trípoli y Jalu en la Libia ocupada por Italia, pasando por su campamento en Gilf Kebir (una antigua cueva de ladrones, que servía de depósito de suministros y escondite para evitar las patrullas inglesas), hasta Asyut cerca del Nilo. Su misión consistía en llevar dos espías hasta el mismo centro del território británico para rastrear los movimientos de tropas y posibles pistas de aterrizaje. Tras la finalización de la Operación Salaam, regreso a Hungría y allí se quedó hasta el final de la guerra. En 1951, murió en Salzburgo de una enfermedad tropical (algunos dicen que disentería).
Después de esto yo no creo que sea un agente alemán propiamente dicho, ni espía (aunque si lo hubieran pillado en ese momento seguro que lo hubiesen juzgado como tal), simplemente como conocedor experto del desierto, le contratan para guíar gente por el desierto. Aunque eso no quita para que se le exculpe de colaboracionismo con el régimen aleman.
Pues no tenía ni idea :) Ya sabes que la peli me aburre soberanamente y que el Fiennes me cae fatal, así que interés cero me despertó.
ResponderEliminarAhora, el probador de coches este sí parece más interesante.
Buen comienzo bloguero.
¡Quiero más!