Cuando se escuchan las palabras "Campo de Concentración o Exterminio", rápidamente se forma en la mente la forma de una cruz gamada y unos cuantos oficiales de la todopoderosa SS, pegando mamporros y tiros a diestro y siniestro. Pero hay una cosa que no dicen, y es que no fueron los alemanes durante la segunda guerra mundial, los que los crearon.
Empecemos por los americanos: Nos trasladamos al año 1864, en el pueblo de Andersonville al sudeste de Georgia, en plena Guerra Civil americana, se construye uno de los más famosos campos de concentración de la guerra civil.
Oficialmente se llamaba Camp Sumter y fue construido para albergar a unos 10.000 prisioneros de la Unión. En Febrero de ese año empezaron a trasladar prisioneros cuando aún no se había terminado, en Julio convivían en el campo cerca de 30.000 prisioneros hacinados. Tenía unos muros de 6 metros de alto y ocupaba una extensión de 105.218 metros cuadrados, sin barracones para los prisioneros, solo algunas tiendas de campaña para algunos con suerte y la mayoría dormían a la intemperie. De hecho muchos de ellos perecieron por las inclemencias del tiempo. En el centro del campo había una especie de corriente de agua que se estancaba y servía para bañarse y beber (si si era su unica fuente de agua),. En verano, esa fuente era el foco de diversas enfermedades, se calcula que murieron casi 100 prisioneros al día durante esos meses. El tratamiento médico era inexistente.
El comandante del campo, el capitán confederado Henry Wirt, fue condenado y ejecutado en la horca, condenado por " dañar la salud y destruir las vidas de los presos". Murieron cerca de 12.900 prisioneros. Pero no creais que los confederados eran asi de malotes ellos solos, los unionistas construyeron entre otros, el campo de concentración de Elmira, en Nueva York, cuya tasa de muertes es parecida a la de Andersonville.
Ahora le toca el turno a los ingleses, aquellos que volaron el campo de concentración de Bergen-Belsen, para evitar que la gente viese los horrores de los alemanes en la segunda guerra mundial.
En 1899, estalla la Segunda Guerra de los Boers, en teoría, los ingleses provocan un ataque independentista de los Boers y los acusan de no respetar la paz, realmente fue porque en la provincia de Transvaal (hoy extinta), se descubre un filón muy importante de oro y como es natural el imperio británico lo quiere para sí. Como hay oro de por medio, los ingleses quieren reforzar su poder en la provincia, pero sufren grandes derrotas a manos de los Boers, no eran presa fácil. Así que el comandante en jefe para Sudáfrica decide emplear toda su fuerza contra las familias de los soldados Boers. Arrasan con todas sus posesiones, destruyen sus granjas, viviendas, campos de cultivo y demás propiedades, condenando a todas estas familias a morir de hambre y pone en marcha un proyecto aterrador que seguro, acabará con la guerra pronto. Interna a todas estas familias en los campos de concentración. El término "campo de concentración" fue acuñado por primera vez en esta guerra, el artífice: el Mariscal de Campo Horatio Kitchener.
Esta fue la primera vez que construyen campos para recluir a una etnia entera (no solo soldados), aunque internaro a gente de otras etnias también (Zulús).
Las condiciones de salubridad eran inexistentes, había pocos retretes, 1 por cada 150 presos, a veces ni eso. En pocos campos había médico, en la mayoría tan solo una enfermera titulada y en otros una persona con conocimientos de primeros auxilios.
El campo de Standerton se levantó en las orillas del río Vaal, lo que significa que tanto en invierno como en verano toda la tierra del campo estaba embarrada, y los mosquitos campaban a sus anchas propagando enfermedades, cosa que a los británicos importaba bien poco. Incluso, llegaron a convertir ciertos campos, en campos "modelo", como hicieron los alemanes con Theresiendstat para acallar a la opinión pública.
Esta era la tónica seguida en los demás campos, y eso unido a la política de dejar morir de hambre a todos los internos, fue lo que obligó a firmar la paz a los Boers. La táctica de Kitchener dio su fruto, cuando se firmó la paz, el império británico se anexionó las repúblicas Boers y, por consiguiente, la propiedad y explotación de ese magnífico filón de oro de la República de Transvaal.
El recuento final fue, aproximadamente de unos 59.000 prisioneros en Transvaal y 45.300 en el Estado Libre y 27.000 muertos todos civiles. La guerra acabó en 1902. No se pagó ningún tipo de indemnización.
Y ahora les toca a los rusos, esos salvadores que acabaron con el demonio del nacismo cuando ocuparon Berlín.
El término GULAG es un acrónimo de la institución gubernamental soviética Glavnoe Upravlenie ispravitel’no-trudovykh LAGerei ( Dirección General de Campos de Trabajo). Aunque el término se acuñó despues de la revolución rusa, nos referiremos a estos campos de trabajo con el mismo nombre independientemente de la época.
Durante el siglo XIX, durante la era zarista ya existían Gulags, sobre todo en la zona prisión de la antigua URSS, es decir, la zona de Siberia. Mandaron casi 1.2 millones de prisioneros, en uno de esos campos estuvieron Trotski, Lennin y el propio Stalin. Tras la Revolución rusa y sobre todo al ascender Stalin al poder, el uso de estos Gulags se incrementó de una manera considerable. Se crearon cerca de 472 campos de trabajo, a los que se mandaron cerca de 29 millones de personas de todo tipo, tanto prisioneros políticos, científicos que trabajaban en campos especiales, bajo presión (la carrera nuclear o la espacial) "si rehusas a investigar te mato o mato a tu familia", soldados que tras escapar de los campos nazis eran acusados, por sus propios comisarios políticos de estar en libertad porque han ayudado a los nazis de alguna manera, por la purga stalinista o simplemente porque se te consideraba un inutil al régimen o por cuestiones religiosas.
Quizá el peor Gulag fue el de Kolyma, situado en parte noreste de Siberia, en esos campos no se necesitaban guardias, la temperatura bajaba a los -90 grados en invierno. Normalmente, un 30% de los prisioneros de Kolyma morían cada año.
Se estima que de esos 29 millones de prisioneros murieron cerca de 2.750.000, eso sin contar cerca de los 800.000 que murieron ejecutados en secreto y enterrados en fosas comunes por ahí perdidas (como, por ejemplo, los 20.000 prisioneros polacos que fueron ejecutados en Katyn).
Por cierto, cuando los rusos liberaron el campo de concentración de Sachsenhausen, que tras la guerra se convirtió en el campo especial númnero 1 del NKVD ( la gestapo rusa). En un principio, estaban internados unas 60.000 personas (soldados y oficiales alemanes capturados) pero tras la caída de la República Democrática de Alemania,
se realizaron excavaciones en Sachsenhausen, hallándose los cuerpos de
12.500 víctimas, en su mayoría niños, adolescentes y ancianos, que
murieron de malnutrición y enfermedad.
El campo fue cerrado en 1950, el General Rudenko, comandante del campo nunca fue juzgado por estos hechos.
Como vemos todas las guerras están llenas de hipocresías, solo las escriben los vencedores y las aprovechan para esconder las atrocidades que cometen.
Por cierto, cada vez que los árabes atacan al ejercito israelí, estos se vengan con la población civil y militar a lo bestia, llegando incluso a bombardear poblaciones enteras. Y todavía se permiten el lujo de seguir manipulando a la gente recordando el holocausto.
martes, 21 de agosto de 2012
miércoles, 1 de agosto de 2012
El Paciente Inglés
Detrás de esta gran película protagonizada por Ralph Fiennes, que da vida al explorador László Almásy hay escondido una vida de secretos y aventuras de todo tipo.
En los años 30 y principios de los 40 se patrocinaron muchas expediciones a todas partes del mundo, hecho que usó Hitler para promocionar una Alemania grande y dispuesta a demostrar que es una nación a tener en cuenta en el devenir mundial.
Ladislao Almásy nació en Borostyanko (Hungría, hoy Berstein Austria), en el año 1896. Nació en el seno de una familia noble pero sin título, de padre húngaro, militar del antíguo Imperio Austro-húngaro y madre italiana. Su corazón inquieto le animó a sacarse en título y licencia de vuelo en Eastbourn (Inglaterra). Durante la I Guerra Mundial fue oficial de la Fuerza Aérea Húngara y fue condecorado muchas veces. De ideas anticomunistas y monarquico conduce el coche del rey Karl V en sus dos intentos fallidos de ocupar el trono húngaro.
En la década de los 20 se hace probador de coches de la firma Steyr, haciendo del Norte de Africa su pista de pruebas. Aprovechando esto participa en varias cacerías, haciendo que se convierta en uno de los mejores conocedores de esa parte de África. Gracias a eso es contratado muchas veces como guía, en diversas cacerías para muchos empresarios adinerados y personalidades europeas, como el primo del gobernante de Hungría, Janos Horthy.
En aquella época se enamora de África, al pertenecer a la aristócracia rural no tiene dinero pero se propone explorar todo ese territorio inexplorado que era el Sahara Oriental cuyo tamaño era el de toda Alemania.
En 1932 se traslada a El Cairo. En esa década El Cairo se convierte en el punto de partida de todas las exploraciones y expediciones del Sahara Oriental, también era un punto de encuentro de investigadores, aventureros, exploradores y espías. Hasta el día de hoy no está claro a que grupo pertenecía Almásy.
Los clubes de El Cairo donde se planeaban las expediciones eran mercados de información, un campo de juego para los intereses coloniales de franceses, ingleses, italianos y egipcios.
Almásy se movía entre todos estos mercados, un día ofrecía sus servicios a los ingleses y otro a los italianos, pero nunca le ofrecían encargos permanentes, su equipo de expedición cambiaba de patrocinador constantemente.
En 1932, Almásy llegó a Gilf Kebir una gran meseta al sur de Egipto, allí hizo un descubrimiento que le haría famoso, una gruta con pinturas rupestres prehistóricas de hombres nadando en mitad del desierto. Almásy llegó hasta la meseta con lo ingleses porque era la parte inexplorada del Egipto británico.
En 1933 le contratan unos expertos alemanes en pinturas rupestres del Instituto Leo Frobinius de Frankfurt, para que les guíe hasta su descubrimiento. El lider de la expedición fue Leo Frobinius, nacionalista aleman, entre cuyos patrocinadores estaban el lugarteniente de Hitler, Rudolf Hess y el mariscal Hermann Goering y desde el principio Frobinius aprovechó esos contactos politicos para llevar a cabo sus expediciones.
No se sabe si Almásy conocía las fuentes de financiación de Frobinius, pero lo que es seguro es que los políticos del Tercer Reich se habían implicado en las aventuras del desierto.
En 1939 Almásy vuelve a Hungría ya que el comienzo de la II Guerra Mundial detiene todas las expediciones previstas. El gobierno del Almirante Horthy era afín a Hitler, así que Almásy vuelve a Africa pero ahora enrolado en el Afrika Korps de Erwin Rommel, En 1941 Hitler prepara la ofensiva africana, las tropas italianas estan perdiendo terreno y manda al Mariscal Rommel y su Áfrika Korps a retomar las posiciones perdidas.
La problemática de la lucha del desierto no eran el agua ni la arena, si no los bastos territorios al descubierto que tenían que cubrir, siempre con el miedo del ataque de las tropas británicas. Por eso Hitler llama a todos los expertos del desierto para recabar información antes de dicha ofensiva.
En otoño de 1939, la Abwehr (el servicio secreto alemán) se puso en contacto con Almásy, el almirante Horthy fue oficial del ejercito austro-húngaro en la I Guerra Mundial, así que presentarse al Almirante Canaris no fue ningún problema, ambos (tanto Horthy como Almasy) eran de ideas nacionalistas.
En 1942 el almirante Canaris le pone al mando de la Operación Salaam, que consistía en cruzar el desierto a traves de 4.000 Kms entre Trípoli y Jalu en la Libia ocupada por Italia, pasando por su campamento en Gilf Kebir (una antigua cueva de ladrones, que servía de depósito de suministros y escondite para evitar las patrullas inglesas), hasta Asyut cerca del Nilo. Su misión consistía en llevar dos espías hasta el mismo centro del território británico para rastrear los movimientos de tropas y posibles pistas de aterrizaje. Tras la finalización de la Operación Salaam, regreso a Hungría y allí se quedó hasta el final de la guerra. En 1951, murió en Salzburgo de una enfermedad tropical (algunos dicen que disentería).
Después de esto yo no creo que sea un agente alemán propiamente dicho, ni espía (aunque si lo hubieran pillado en ese momento seguro que lo hubiesen juzgado como tal), simplemente como conocedor experto del desierto, le contratan para guíar gente por el desierto. Aunque eso no quita para que se le exculpe de colaboracionismo con el régimen aleman.
En los años 30 y principios de los 40 se patrocinaron muchas expediciones a todas partes del mundo, hecho que usó Hitler para promocionar una Alemania grande y dispuesta a demostrar que es una nación a tener en cuenta en el devenir mundial.
Ladislao Almásy nació en Borostyanko (Hungría, hoy Berstein Austria), en el año 1896. Nació en el seno de una familia noble pero sin título, de padre húngaro, militar del antíguo Imperio Austro-húngaro y madre italiana. Su corazón inquieto le animó a sacarse en título y licencia de vuelo en Eastbourn (Inglaterra). Durante la I Guerra Mundial fue oficial de la Fuerza Aérea Húngara y fue condecorado muchas veces. De ideas anticomunistas y monarquico conduce el coche del rey Karl V en sus dos intentos fallidos de ocupar el trono húngaro.
En la década de los 20 se hace probador de coches de la firma Steyr, haciendo del Norte de Africa su pista de pruebas. Aprovechando esto participa en varias cacerías, haciendo que se convierta en uno de los mejores conocedores de esa parte de África. Gracias a eso es contratado muchas veces como guía, en diversas cacerías para muchos empresarios adinerados y personalidades europeas, como el primo del gobernante de Hungría, Janos Horthy.
En aquella época se enamora de África, al pertenecer a la aristócracia rural no tiene dinero pero se propone explorar todo ese territorio inexplorado que era el Sahara Oriental cuyo tamaño era el de toda Alemania.
En 1932 se traslada a El Cairo. En esa década El Cairo se convierte en el punto de partida de todas las exploraciones y expediciones del Sahara Oriental, también era un punto de encuentro de investigadores, aventureros, exploradores y espías. Hasta el día de hoy no está claro a que grupo pertenecía Almásy.
Los clubes de El Cairo donde se planeaban las expediciones eran mercados de información, un campo de juego para los intereses coloniales de franceses, ingleses, italianos y egipcios.
Almásy se movía entre todos estos mercados, un día ofrecía sus servicios a los ingleses y otro a los italianos, pero nunca le ofrecían encargos permanentes, su equipo de expedición cambiaba de patrocinador constantemente.
En 1932, Almásy llegó a Gilf Kebir una gran meseta al sur de Egipto, allí hizo un descubrimiento que le haría famoso, una gruta con pinturas rupestres prehistóricas de hombres nadando en mitad del desierto. Almásy llegó hasta la meseta con lo ingleses porque era la parte inexplorada del Egipto británico.
En 1933 le contratan unos expertos alemanes en pinturas rupestres del Instituto Leo Frobinius de Frankfurt, para que les guíe hasta su descubrimiento. El lider de la expedición fue Leo Frobinius, nacionalista aleman, entre cuyos patrocinadores estaban el lugarteniente de Hitler, Rudolf Hess y el mariscal Hermann Goering y desde el principio Frobinius aprovechó esos contactos politicos para llevar a cabo sus expediciones.
No se sabe si Almásy conocía las fuentes de financiación de Frobinius, pero lo que es seguro es que los políticos del Tercer Reich se habían implicado en las aventuras del desierto.
En 1939 Almásy vuelve a Hungría ya que el comienzo de la II Guerra Mundial detiene todas las expediciones previstas. El gobierno del Almirante Horthy era afín a Hitler, así que Almásy vuelve a Africa pero ahora enrolado en el Afrika Korps de Erwin Rommel, En 1941 Hitler prepara la ofensiva africana, las tropas italianas estan perdiendo terreno y manda al Mariscal Rommel y su Áfrika Korps a retomar las posiciones perdidas.
La problemática de la lucha del desierto no eran el agua ni la arena, si no los bastos territorios al descubierto que tenían que cubrir, siempre con el miedo del ataque de las tropas británicas. Por eso Hitler llama a todos los expertos del desierto para recabar información antes de dicha ofensiva.
En otoño de 1939, la Abwehr (el servicio secreto alemán) se puso en contacto con Almásy, el almirante Horthy fue oficial del ejercito austro-húngaro en la I Guerra Mundial, así que presentarse al Almirante Canaris no fue ningún problema, ambos (tanto Horthy como Almasy) eran de ideas nacionalistas.
En 1942 el almirante Canaris le pone al mando de la Operación Salaam, que consistía en cruzar el desierto a traves de 4.000 Kms entre Trípoli y Jalu en la Libia ocupada por Italia, pasando por su campamento en Gilf Kebir (una antigua cueva de ladrones, que servía de depósito de suministros y escondite para evitar las patrullas inglesas), hasta Asyut cerca del Nilo. Su misión consistía en llevar dos espías hasta el mismo centro del território británico para rastrear los movimientos de tropas y posibles pistas de aterrizaje. Tras la finalización de la Operación Salaam, regreso a Hungría y allí se quedó hasta el final de la guerra. En 1951, murió en Salzburgo de una enfermedad tropical (algunos dicen que disentería).
Después de esto yo no creo que sea un agente alemán propiamente dicho, ni espía (aunque si lo hubieran pillado en ese momento seguro que lo hubiesen juzgado como tal), simplemente como conocedor experto del desierto, le contratan para guíar gente por el desierto. Aunque eso no quita para que se le exculpe de colaboracionismo con el régimen aleman.
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